Si, ya lo sé. Me vas a decir que esto ya lo trabajamos ayer. Y tienes razón ... en parte. Hoy lo vamos a trabajar de otro modo y te explico el porqué de repetir el tema justo antes de empezar a meditar. Te va a gustar y creo que te va a ayudar mucho.
También aprovecho para responder a la pregunta de Claudia, que no sabía porqué se quedaba dormida siempre después de escuchar la canalización. Y no tiene nada
que ver con tener sueño o no. De hecho se extrañaba porque le pasaba a diferentes horas y en distintas posiciones. No me canso de hablar del valor energético que tienen estas
canalizaciones + meditaciones, y hoy aprovechando este comentario, las he querido poner en valor.
A veces no siempre valoramos lo que se recibe gratis, y curiosamente a mi me pasaba un poco al revés. También te lo cuento en el vídeo, pero como había poco tiempo te lo quiero contar mejor. Hace años cuando decidí que mi sueño y mi ilusión era dedicar todo el tiempo posible a este mundo maravilloso de energías, me di cuenta de que tenía un problemón.
Ese problema era tan grande que si no lo solucionaba no sería capaz nunca de dedicarme a esto. Además tuve que reconocer que siempre había estado ahí, agazapado, esperando su oportunidad de que le reconociera y darme un buen mordisco, o al menos un susto. Te voy a contar cómo lo solucioné al final, ahora quiero contarte cómo creo que se originó.
Desde pequeña había sentido que yo era una persona valiosa, y que tenía todo cuanto necesitaba, quizá incluso más que muchos. Era una percepción interna que no tenía nada que ver con el exterior o con las circunstancias familiares en las que me crié. Sin embargo con el paso del tiempo sentía que no estaba bien destacar, y aunque en realidad no creo que destacase, esa sensación de ser valiosa se convirtió en ser mejor que los demás. Lo único que yo quería era sentirme integrada al 100%, y me había mudado hacía pocos años a Aranjuez. Por más que pasaba el tiempo seguía siendo "la de Madrid". Así que ese sentimiento de ser genial y valiosa, pasó a no me gusta sentirme (que no ser) mejor que los demás, a soy bastante menos y haré todo lo posible para que sea así, a ver si te doy pena y al final decides quererme y aceptarme.
Ahora esto lo sé después de hacer mucho análisis, no es que haya sido fácil. Quizá soy un poco rara pero así me sentía. Con los años eso se convirtió en no valgo, y por tanto no merezco ser valorada. Cuando me contrataban en un trabajo, tenía siempre el miedo de ser despedida y me esforzaba mucho por hacer bien el trabajo e incluso más tareas de las necesarias, para no ser prescindible. Así que en parte esas sensaciones de la niñez se fueron, se olvidaron.
Ahora bien, cuando quise ser yo mi propio jefe .... buuffff!! la caja de pandora se abrió. Y me di cuenta de mi problema: no iba ser capaz de cobrar por mis servicios y por tanto no podría dedicarme a ello y tendría que seguir trabajando en otras cosas. Lo peor es que me sentía culpable por pedir dinero a cambio, por recibirlo y por disfrutarlo!!
Lógicamente no estaba dispuesta a renunciar, así que me puse manos a la obra y cada día me decía varias veces al día lo buena maestra de reiki que era, lo valiosa que me sentía, lo mucho que ayudaba a la gente con mis terapias y mis cursos ... Y eso mucho antes de poner el centro. Así que al final lo logré, logré creermelo y empecé cobrando muy poco, para ir subiendo poco a poco.
Y voilà! al final me di cuenta de que recibir dinero a cambio de experiencia, buen trato y servicio es maravilloso!!!. Que de hecho siempre lo hacemos sólo que en otros trabajos. Que además me permite validar mi autovaloración y sobre todo tener la vida que amo. Y ... que dejé de sentirme culpable por ayudar a otros a encontrar también su paz interior.
Dime en comentarios si esto te resuena, y quizá te ha pasado algo similar y mientras ... te dejo con la meditación!!.
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